Santo Domingo de Guzman

Santo Domingo de Guzman
Fotografia Panorámica del templo de Santo Domingo de Guzmán Oaxaca

jueves, 6 de octubre de 2011

Templo del Carmen Alto


Localización:
El templo y ex convento del Carmen Alto se localiza a 6 cuadras al Norte de la Plaza Central (zócalo) de la ciudad capital, sobre la calle de García Vigil entre Jesús Carranza y Quetzalcóatl

Antecedentes históricos y descripción
El conjunto religioso perteneció a la orden de los Carmelitas Descalzos que se establecieron en Oaxaca en 1696. El antecedente de estas construcciones se remonta a mediados del siglo XVI.
En este tiempo, los primeros pobladores españoles de la ciudad establecieron sitios para el culto cristiano. Uno de ellos fue la ermita de la Santa Veracruz, ubicada en este mismo lugar que fuera un importante centro prehispánico. La ermita sustituyó al gran Teocalli de Huaxyacac, donde la ciudad indígena celebraba, cada mes de julio, la gran Fiesta de los Señores en la que se realizaba el sacrificio de una doncella en honor a Centeótl, Diosa del Maíz y la Agricultura.
La festividad se cristianizó y se transformó en la actual fiesta de la Guelaguetza o Lunes del Cerro, la cual coincide con las fiestas en honor a la Virgen del Carmen.
En 1699, los carmelitas, establecidos entonces en los anexos del templo de la Consolación, recibieron la autorización para instalarse en la ermita de la Santa Veracruz. El Ayuntamiento, por su parte, les donó el terreno colindante para que fundaran el convento y el templo de la congregación.
La ermita fue modificada pero no cambió su advocación que por algún tiempo se conservó.
El templo, cuya construcción finalizó por el año 1751, recibió especial apoyo y enriquecimiento, por parte de la comunidad de origen español, lo cual marcó la diferencia entre el Carmen Alto y el Carmen Bajo, que era de carácter popular.

El convento, hacia 1856, tras la secularización de las propiedades de la iglesia, pasó a pertenecer al Gobierno Federal; por estos tiempos fue ocupado para cárcel y cuartel. En 1889 lo adquirió el obispo Eulogio G. Gillow, quien lo restauró para instalar la residencia episcopal; también fue ocupado para un colegio seminario. En 1910 fue escuela nocturna para obreros y escuela primaria superior.
En 1925 pasó nuevamente a ser propiedad federal. Actualmente, en lo que fue el claustro, están instaladas las oficinas del Registro Civil del estado. En sus demás anexos funcionan centros escolares y oficinas federales.
El templo se distingue, respecto a los demás templos de Oaxaca (excepto de los Siete Príncipes), por su pórtico, cuya función es preparar el ingreso a la nave principal.
El pórtico, elemento característico en los templos carmelitas de México, forma parte integral de la portada de tres cuerpos. Al frente muestra tres arcos de medio punto sobre pilastras tableradas, a las que se adosan columnas toscanas de media muestra. Arriba, en el segundo cuerpo de la portada, el elemento esencial lo conforma un marco con triple moldura que contiene un alto relieve de Nuestra Señora del Carmen; sus brazos están extendidos y su manto, sostenido por ángeles, protege a la comunidad religiosa. A los lados, entre columnas toscanas, sobresalen dos escudos de la orden Carmelita.

El tercer cuerpo lo ocupa la ventana coral rectangular, flanqueada por columnas de capitel corintio.
La portada lateral se ubica en el lado sur, la zona más amplia del atrio. Al centro está la puerta de acceso, bajo un arco de medio punto moldurado apoyado sobre jambas tableradas.
A los lados hay pares de columnas de capitel corintio y fuste decorado con rombos y flores. Sobre un entablamento, que sostienen las columnas, está ubicado un nicho con venera aconchada que contiene la imagen de San José. El nicho está flanqueado por pilastras decoradas con estrellas. El remate es un recuadro cruciforme con una cruz labrada.
El interior tiene planta de cruz latina con capilla lateral. La cubierta combina bóvedas de lunetos y de cañón corrido. El crucero está cubierto con una cúpula gallonada sobre pechinas y tambor octagonal con ventanas.
En el presbiterio está ubicado el altar mayor, sobresale el ciprés de estilo neoclásico que aloja a la Virgen del Carmen.
En los muros de la nave hay tres marcoretablos, y uno más, en el transepto sur, todos de madera labrada con acabados dorados que alojan imágenes y pinturas religiosas. La capilla lateral está dedicada a Santa Teresita, cuya imagen, de madera tallada y policroma, yace en una vitrina colocada en el altar.

Templo del Carmen Bajo

 

Localización
La iglesia del Carmen Bajo se localiza a 3 cuadras al noroeste de la Plaza Central (Zócalo), en la esquina que forman las calles de Porfirio Díaz y Av. Morelos.

Descripción
El templo actual es una reconstrucción de la primer ermita que resultó arrasada por un incendio en 1862. Existía desde 1554, construida de adobe y techo de paja, denominada "Las Lágrimas de San Pedro". Desde sus inicios estuvo destinada a la población nativa oaxaqueña. Cuando el templo fue dedicado a la Virgen del Carmen, empezó a llamarse "El Carmen de Abajo", para diferenciarla del templo del Carmen Alto, que pertenecía a los feligreses de la nobleza colonial de Antequera.

El templo del Carmen Bajo tiene su planta arquitectónica en forma de cruz latina. Complementan el conjunto dos capillas, algunos locales y dos pequeños atrios. La nave está cubierta con bóveda de cañón corrido, a la que se le colocaron tragaluces. En el crucero, un tambor octagonal soporta una cúpula gallonada, de perfil peraltado. El templo conserva retablos del siglo XIX, y algunas pinturas de principios del siglo XX.

El aspecto exterior es interesante por su gran tamaño, no así por sus elementos que son sencillos. Destaca la torre de diseño popular del siglo XIX; tiene base cuadrangular y campanario octagonal de dos niveles.


Templo de San Felipe Neri


Uno de los mas notables monumentos coloniales del siglo XVII, cuya edificación dio principio en 1633, cuando llegaron los fundadores bajo la dirección del presbítero Don Juan de Aragón, quienes organizaron desde Europa la "Pía Unión" o "Concordia" en 1661. Pero quien se distingue por consolidar y robustecer este oratorio, por haber solicitado y obtenido la autorización del papa Clemente XIII, allá en los años de 1728 a 1729, fue el Lic. y presbítero Don Juan Saenz de Leyva Cantabrano y Zorrilla.
Sin embargo la construcción formal comenzó hasta 1733 y terminó el 17 de enero de 1773, fecha en que se consagró a la virgen del Patrocinio y desde luego al fundador de la congregación San Felipe Neri, cuya imagen se admira en el altar mayor, obra de arte de primera magnitud en donde sobresale el más puro estilo de Churriguería Mexicana.
La hermosa fachada realizada en cantera verde es un vestigio del Plateresco del siglo XVI, aunque el estilo de la construcción en general es barroco. En la parte central de esta fachada aparece en bajo relieve y cantera amarilla San Felipe Neri, con bonete y un libro en la mano que ya no se distingue, tal vez por la acción del tiempo o la destrucción del hombre, ya que este edificio, como otros tantos, han servido de baluarte en las guerras civíles. A esto se debe quizá que los nichos de la portada estén vacíos.
Dignos de admiración son los retablos interiores, en donde se hallan pinturas de Juan de Páez y Agustín de Santaella.
La planta es de una nave con cúpula y crucero, es decir , está dispuesto en forma de cruz latina. Las torres se terminaron en 1803, año en que fueron bendecidas y puede decirse, hasta entonces se dio por terminada la construcción de este templo, en cuyo interior existe un panteón con diez sepulcros en donde yacen los cuerpos de los sacerdotes y fundadores de esta Orden.
En este templo contrajo matrimonio Don Benito Juárez García con Doña Margarita Maza el 31 de julio de 1843.

Templo de San Cosme y San Damian

Localización
El templo de San Cosme y San Damián se encuentra a 3 cuadras al noroeste de Plaza Central (Zócalo) de la ciudad, en la esquina que forman las calles de J.P. García con la Av. Independencia.


Descripción
Fue construido en la segunda mitad del siglo XVI, anexo al hospital de San Cosme y San Damián, denominado también Hospital Real.

La idea de su realización surgió ante la necesidad de que enfermos y convalecientes tuvieran un lugar de oración y, al mismo tiempo, pudieran oír misa. Este templo también sufrió efectos de temblores y reparaciones. Poco antes de la puesta en vigor de la ley de Desamortización de Bienes del Clero, el hospital fue clausurado y vendido a particulares hacia 1860. Al encontrarse en ruinas, a fines del siglo XIX, el arzobispo Gillow procuró su restauración total. En 1945, el edificio pasó a ser propiedad del estado, y el templo, que por mucho tiempo estuvo cerrado, volvió a abrirse al culto. Cada 27 de septiembre se celebra el día de San Cosme y San Damián. El templo no posee atrio, y se asemeja al conjunto de casas que lo rodean. Tampoco cuenta con crucero, bóvedas, mucho menos con portada formal o campanarios.

Su planta arquitectónica es de una sola nave, cubierta con una estructura de vigueta y bovedilla.

Templo La merced

Localización:
Se localiza a 6 cuadras al Este de la Plaza Central (zócalo) de la ciudad de Oaxaca, en la esquina que forman las calles de Independencia y Manuel Doblado

Antecedentes históricos y descripción
Este establecimiento surgió a raíz de la necesidad de un punto intermedio en la comunicación, entre México y la zona misional de Guatemala. Fue fundado por la orden de los hermanos de Nuestra Señora de la Redención o de la Merced por Real Cédula del 23 de enero de 1598.
Su construcción, posiblemente se realizó hasta los primeros años del siglo XVII. Se sabe que el primer templo fue derribado a consecuencia de los temblores que sacudieron a la ciudad en esa época.
El actual data de 1646, año en que el convento también se amplió para establecer uno de los primeros colegios de la época misional. A lo largo de su historia el templo fue afectado y reconstruido en varias ocasiones a consecuencia de los movimientos telúricos. Al concluir una de las reconstrucciones, en 1690, se dedicó el 24 de septiembre a la fiesta de la Virgen de la Merced.
Con la nacionalización de los bienes del clero los frailes fueron exclaustrados, pero el templo continuó abierto al público. En 1898, el obispo Gillow lo adquirió e inició su restauración. Fue decretado monumento histórico en diciembre de 1933.
El templo y el convento presentan características de muy diversas épocas. La disposición general del templo es de una sola nave con capillas criptocolaterales. Su cubierta comprende bóvedas vaídas sobre pechinas, bóvedas de lunetos, y cúpula. La gama de detalles arquitectónicos y elementos decorativos hacen de este templo, uno de los más importantes de la ciudad.
La fachada consta de portada y dos torres. De éstas últimas, la del lado derecho ostenta campanario cubierto con cupulín sobre tambor y rematado por jarrone.

Templo de San Agustin

Localización:
Se localiza a una cuadra al Este de la Plaza Central (zócalo) de la ciudad de Oaxaca, en la esquina que forman las calles de Guerrero y Armenta y López y que actualmente alberga a el colegio Casa de Cuna en las instalaciones de lo que fue el convento.

Antecedentes históricos y descripción
La obra, en su conjunto, perteneció a la orden de los agustinos que llegaron a la ciudad de Antequera de Oaxaca en 1576. Esta comunidad religiosa se distinguió en la ciudad por las actividades docentes que iniciaron; abrieron una escuela de humanidades, donde enseñaban desde el abecedario hasta las artes y la teología. Al menos, hasta la llegada de los Jesuitas, abarcaron la enseñanza media y superior cubriendo las cátedras de la recién fundada universidad.
Fray Juan Adriano fundó la misión agustina de Oaxaca; el obispo de Oaxaca, Fray Fernando de Albuquerque donó el predio, donde los religiosos construyeron su convento.
Las primeras obras del templo y convento, no correspondieron al diseño actual. Como en otros casos, estaban construidos con muros de adobe y techumbres de viguería y teja. El templo, de estas características, fue consagrado en 1586, aunque fue terminada por completo en 1596.
El proyecto actual del templo fue elaborado en la última década del siglo XVII. Las obras, que por espacio de treinta años se realizaron, tuvieron como finalidad el replanteamiento formal del templo y la construcción del convento, mismas que fueron costeadas por el generoso filántropo portugués don Manuel Fernández Fiallo, y un benefactor de nombre Lorenzo de Mendoza. La construcción global, fue terminada en 1722, año de su consagración.
En 1862, a raíz del decreto de exclaustración, el Gobierno Federal cedió el convento al Instituto de Ciencias y Artes. En 1893, el Obispo Eulogio Gillow adquirió el convento, y fundó ahí la Casa de Cuna, institución de beneficencia infantil, que hasta la fecha ha perdurado.
El templo de San Agustín posee una de las portadas más vistosas de la ciudad En su interior guarda auténticas joyas que sorprenden por su originalidad y calidad artísticas.
La portada, de estilo barroco, fue realizada por el escultor Tomás de Sigüenza. Está dividida horizontalmente en tres cuerpos, separados entre sí por entablamentos; en forma vertical, consta de tres calles divididas entre ellas por juegos de columnas de diferente orden. En el primer cuerpo destaca el acceso al templo, bajo un arco de medio punto, en cuya clave se encuentra un emblema de los agustinos. A ambos lados, en las entrecalles delimitadas por columnas jónicas, dos nichos albergan las imágenes de San Nicolás Tolentino, a la izquierda, y de San Juan de Sahagún, a la derecha. Abajo de los nichos figuran dos cartelas con inscripciones en latín, alusivas a la reconstrucción del templo en los siglos XVII y XVIII.
En el segundo cuerpo, la calle central contiene un cuadro dedicatorio, cuyo personaje central es San Agustín, obispo de Hipona. San Agustín, barbado y vistiendo el hábito talar de los agustinos, extiende su brazo derecho en actitud pastoral, mientras que con la otra mano sostiene la maqueta de un templo. Arriba del obispo, dos querubines sostienen su casulla bajo la cual quedan protegidos un grupo de frailes en actitud de oración. A los pies del Santo hay tres cabezas de hombres barbados. Las calles laterales tienen columnas corintias; los nichos alojan las esculturas de San Alipio, a la izquierda y, Santo Tomás obispo de Valencia, a la derecha.

El tercer cuerpo se reproduce en mucho al segundo con sus columnas corintias y nichos. El nicho izquierdo alberga la escultura de Santa Clara de Montefalco, y el opuesto, a Santa Rita de Cáscia. La entrecalle central da lugar a un amplio óculo octagonal, que introduce iluminación al interior de la nave, a través de sus cristales de colores. El remate es un frontón abierto donde emerge un marco con el emblema agustino.
La portada lateral norte es más modesta

El portón está bajo un arco de medio punto, enmarcado por pilastras lisas y un entablamento, cuyo friso se decora con rombos. Sobre el entablamento, dos altos pináculos dan marco a un nicho con la imagen de la Virgen de Guadalupe. El nicho está enmarcado con pilastras estriadas de capitel jónico y un entablamento coronado por jarrones, además de otro nicho con la imagen de la Inmaculada.
El interior tiene planta de cruz latina. Al ingresar, por la puerta principal, está el sotocoro, cubierto por una bóveda doble, sobre la que se dispone el coro limitado al frente con una barandilla de hierro forjado. La nave y los transeptos están cubiertos con bóveda de lunetos, el crucero con bóveda vaída.
El retablo mayor, ubicado en el ábside, es el motivo central del interior. Es de estilo barroco salomónico, terminado en madera tallada y revestido en oro laminado. Está compuesto por cinco cuerpos y tres calles, determinados por cornisas y columnas salomónicas, entre las que se disponen pinturas al óleo y nichos con esculturas policromas. La escultura principal es la de San Agustín, localizada al centro del retablo. Arriba y a los lados están las esculturas de San Alipio, Santo Tomás de Villanueva, San Juan de Sahagún y San Fulgencio Obispo, personajes importantes relacionados con la orden del fundador. Abajo de San Agustín, está un óleo representando a la Santísima Trinidad coronando a la Virgen en el cielo; a sus lados están las esculturas de los padres de la Virgen, San Joaquín y Santa Ana. Todas las demás pinturas representan escenas de la vida de San Agustín.
En los transeptos figuran otros dos retablos que, aunque de menor tamaño, son de igual belleza que el mayor. Están compuestos por predela o basamento, dos cuerpos y un remate; éstos divididos por cornisas y columnas salomónicas. El retablo del brazo norte está dedicado especialmente a San Nicolás Tolentino, cuya escultura está ubicada en el nicho central. Bajo este nicho se encuentra la escultura de la Virgen de la Consolación a la que fue gran devoto. Las demás pinturas que contiene representan escenas de la vida de San Nicolás, que conservó la humanidad caritativa hasta su muerte, ocurrida en Tolentino, Italia, en el año 1305. El retablo, del brazo sur, no tiene una temática definida. Sin embargo, la disposición de la decoración puede dividirse en tres categorías: la primera incluye la escultura de Santa Mónica, madre de San Agustín; la pintura de la Virgen de la Asunción y la de la Virgen con el Niño Jesús, y el Ángel Guardián. La segunda categoría incluye la pintura de San Juan Bautista Niño, en compañía de Jesús montado en un cordero, y la pintura que representa al mismo Juan Bautista en el momento de bautizar a Jesús en el río Jordán. La tercera categoría incluye tres pinturas, ubicadas en el remate; representan a tres Santos Congregantes: San Francisco de Asís, San Agustín y San Ignacio de Loyola.
Existen además, en los transeptos, dos pequeñas capillas adosadas; una de ellas dedicada a San Judas Tadeo, y otra a Santa Rita de García. Vale la pena también admirar el púlpito de madera incrustada con su escalera que arranca desde el presbiterio. En una cápsula de vidrio, bajo el púlpito, se encuentra un fragmento de huesos, reliquia de San Agustín, obsequiada al templo por la Curia Romana. Otra cápsula semejante, en el retablo de San Nicolás Tolentino, contiene un fragmento de tela de la vestimenta de San Nicolás, utilizada durante sus oficios divinos

Templo de El Patrocinio

Localizacion
Este templo está ubicado en la calle de Pino Suarez ezquina con Zárate, a 11 cuadras del Zocalo de la Ciudad hacia el norte.

Son pocas las noticias que se tienen del origen de este templo, pero debido a su localización, es probable que su historia esté ligada a la residencia de la Orden de Belén, en el cercano santuario de La Guadalupana.
Muchos documentos sugieren que el edificio original fue re-ubicado.
Hacia mediados del siglo 19 estaba en tan malas condiciones que el obispo Buenaventura Blanco y Elguero decidió reconstruirlo y los trabajos avanzaron rápidamente entre 1854 y 1855.
En el último cuarto del siglo 19, el archidiácono Hipólto Ortiz y Camacho usó su riqueza personal para finalizar el edificio de la forma en que lo conocemos ahora.
Su peculiar frente y ornamentaciones inferiores corresponden exactamente a ese tiempo, cuando la influencia del obispo Gillow estuvo presente en el arreglo de todas las iglesias de la diócesis.